Cuando lo único que necesitas es una mirada
de complicidad, una sonrisa que te haga suspirar, un abrazo que te de
seguridad, un apretón de mano que te proporcione esa confianza que ahora mismo
es esencial, cuando los minutos parecen horas y las horas días, cuando lo único
que te apetece es desaparecer y no volver, cuando el alma se cae a los pies,
cuando se derrumba tu mundo, cuando el aire se lleva tu perfecto castillo de
arena sin dejar rastro de él, cuando de la noche a la mañana toda tu felicidad
se desploma, pendiendo de un hilo, cuando las lágrimas piden a gritos salir,
cuando brota del alma ese sentimiento de soledad, cuando haces de tu habitación
el mayor refugio nunca visto, cuando tus sentimientos se encierran en una caja
fuerte y no tienes fuerzas de hablar, cuando detalles minúsculos pueden
significar para ti algo enorme, cuando sólo los más fieles se quedan a tu lado,
cuando te quedas sin nada y tocas fondo es cuando ves de lo que eres capaz. En situaciones
tan extremas es cuando te llevas una sorpresa de ti mismo y descubres que
tenías un verdadero guerrero camuflado en ti. Tu pecho se ensancha orgulloso y
tu barbilla puede presumir de ir bien alta aunque por dentro se muera tu alma,
aunque no sepas a qué aferrarte, por qué motivo luchar, pero lo haces, en esa
situación es cuando empiezas a recobrar tu poder. Porque créeme, todos tenemos
un ave Fénix dentro de nosotros. La gente te dará la espalda cuando estés en lo
más bajo, pero no te preocupes, ten paciencia, que el ave Fénix siempre resurge
de las cenizas. Tú poco a poco y en silencio, sin vacilar, irás reconstruyendo
tu pequeño imperio, tu castillito duplicado o triplicado y cuando vuelvas
incluso superándote al puesto que te corresponde, a lo más alto, a la cima
comiéndote el mundo, entonces la gente que te dio la espalda volverá en busca
de fama o simplemente por morbo, entonces esa será tu ocasión, cuando seas tan
poderoso que podrás ignorarles desde lo más alto.
Cuando todo se derrumbe, cuando no te quede nada y tú
vuelvas a la cima incluso superándote, cuando no dependas de nadie y seas
extremadamente fuerte, disfrútalo y alégrate, porque ese, ese será tu momento
de gloria.
EME GE