23 de junio, 20:00 todo está a punto de comenzar. Todo está
en un perfecto desorden; las toallas como de costumbre, no han durado limpias
ni ordenadas ni un segundo, comienzan a dejar de verse mochilas y pertenencias,
chanclas que cobran vida y empiezan a planear un perfecto plan de fuga. Esa
pequeña esencia de hierbajos chamuscados, el olor a humo, empiezan a hacerse
notar. Mientras, va atardeciendo, todos juntos en la arena, todos tirados en
las zonas que han conseguido quedarse en la superfície de las toallas, descorchando
botellas, riendo, cantando, simplemente se respira paz, se puede palpar el
resto del verano, casi se roza con las yemas de los dedos.
El fuego está bien presente, es el imán que nos hace estar a todos unidos, los nervios nos
quieren jugar una mala pasada, hoy son excesivos y están más presentes que de
costumbre, parece que esto empieza. La esperanza de un beso que sería de
película, amistades que se refuerzan con los te quiero frutos de una buena
borrachera, abrazos, besos, bailes, nuevas amistades, el disfrute de la
soltería o la magia de tu pareja, momentos de intimidad entre tú, tus
pensamientos y el mar. Reflexión, alegría...un perfecto cóctel molotov que
combina todos tus sentimientos y pensamientos, que quieren ver la luz, pero con
lo poco que te queda de lucidez consigues controlar.
Completamente a oscuras, con escasas prendas que te puedan
tapar, pelo mojado, arena en la cara, con una chancla que se ha dado a la fuga,
mucha arena en esos shorts, una mochila que parece estar enterrada a demasiados
metros de profundidad, y en tu cabeza pocas neuronas con vida ya, y en tu
cabeza ya sólo hay espacio para esa persona especial y para ver cómo el curso
ha caído por fin a esa hoguera, junto con todas las penas y preocupaciones,
todo se ha esfumado, ahora sólo quedan cenizas, cenizas que nunca jamás se
volveran a reavivar porque ahora, ahora por fin ha comenzado el verano, ahora
empieza lo bueno.
Ahora sólo somos tú y yo querido verano.